Se sentó junto a él en la cama y mirándole fijamente apoyo la mano en su corazón.
Tenia esa mirada... Esa mirada que podía hacerte soñar con el placer más inalcanzable del mundo. Sus ojos transmitían tal amor, sincero y profundo, que dolía.
- Pensé que no vendrías- dijo él, con voz trémula y vacilante, transmitiendo sin querer ansiedad. Esa ansiedad que solo le curaba la sonrisa de ella.
- Siempre me tienes, aunque no este contigo -le dio un suave golpecito en el pecho- aquí, en el corazón.
- Yo no tengo corazón así que necesito verte siempre.
- ¿A no? -contestó ella con una sonrisa- ¿Y eso como puede ser?
- Tu me lo robaste desde el primer pestañeo.
Tenia esa mirada... Esa mirada que podía hacerte soñar con el placer más inalcanzable del mundo. Sus ojos transmitían tal amor, sincero y profundo, que dolía.
- Pensé que no vendrías- dijo él, con voz trémula y vacilante, transmitiendo sin querer ansiedad. Esa ansiedad que solo le curaba la sonrisa de ella.
- Siempre me tienes, aunque no este contigo -le dio un suave golpecito en el pecho- aquí, en el corazón.
- Yo no tengo corazón así que necesito verte siempre.
- ¿A no? -contestó ella con una sonrisa- ¿Y eso como puede ser?
- Tu me lo robaste desde el primer pestañeo.
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